Acerca del aburrimiento.
El aburrimiento
lleva a pensar inmediatamente en qué ocurre con el deseo. Deseo de hacer;
pregunta por el quehacer.
Así como a veces
tenemos qué hacer, otras no sabemos, no se nos ocurre…
El estudio, entre
otras actividades, es lo que más ocupa nuestra mente para no experimentar esa
especie de tedio que se genera.
Cuando los niños
dicen estar aburridos es un buen síntoma que aprendan a generar sus propias
estrategias de divertimento, de búsqueda en qué hacer, de qué ocuparse.
En este momento
escribo acerca de esto por mi propia sensación de estar aburrida y porque acabo
de toparme con un texto de Eduardo Grüner de la Revista Conjetural acerca del
tema. Voy a transcribir entre comillas parte del mismo:
“Nada ten
insoportable para el hombre como estar en reposo absoluto, sin pasiones, sin
quehacer, sin diversión, sin aplicación. Entonces siente su nada, su
insuficiencia, su dependencia, su impotencia, su vacío…” Pascal.
“-Aburrimiento”
asume la dificultad del deseo para darse un objeto imaginario; puede tener que
ver también con la expresión personal de un malestar social, con una especie de
alienación.”
Es así como se
puede definir un campo que ocupa al ser humano desde todos
los tiempos, y viene bien para que los padres no se preocupen demasiado cuando
los niños dicen estar aburridos; que no se desesperen en buscarles una
ocupación.